20 jul 2007

Abrir la puerta para ir a jugar


Liso perfecto




Uy, ¡cómo estoy!

Fui al pediatra y pasé la prueba de la balanza. Apenas subí 100 gramos el último mes. Es decir, apenas moví la báscula... Como si hubiese comido apenas cuatro fetas de jamón cocido. Igual, la alegría no duró demasiado. En la última semana compartí un resfrío (¡qué quieren! ¡con el frío que hace!) con una gastroenteritis. En consecuencia, probé al extremo la resistencia de los pañales y procesé (devolví) un par de cosas que había degustado. A tal punto que casi le arruino la fiestita a mi amiga Guadalupe... Sólo queda ofrecerle disculpas y agradecerle por la invitación.
En resumen, entre tanta enfermedad, debo haber rebajado unos cuantos gramos. Por lo tanto, parece que llegaré espléndida a mi primer cumple. Uy, ¡cómo estoy!

9 jul 2007

9 de julio

Me gustan los feriados. El motivo es obvio. Un día completo con mi mami y el gordo barbudo. Y no es que la pase mal con mis abuelos. Todo lo contrario. Allí me tratan como una reina. Bah, como lo que soy... Sin embargo, cuando mis papis no van a trabajar, puedo dormir un rato más por la mañana y hacer fiaca en la pieza de ellos. Un ejemplo es este helado 9 de julio. A propósito, una pregunta. ¿Acá, en Banfield, nieva todos los inviernos? ¿No me habían dicho que era imposible que cayeran copitos de algodón desde el cielo? Me parece que me mintieron...
Más allá del tema de la nevisca y del frío, les quiero contar que hoy volví a ir a un supermercado. ¡Qué loco! ¡Cuántas cosas de colores que no sé ni para qué sirven! Por primera vez, además, fui sentada en un carrito, dado que mi generoso cuerpecito ya no entra en los changos especialmente diseñados para bebés. ¡Es increíble! Los hacen para chicos que pesan hasta ocho kilos... ¡Discriminación! Igual, les confieso, la pasé bárbaro ahí arriba. Una experiencia nueva que seguramente se repetirá...
Faltan días para que llegue a los 11 meses y a un nuevo control pediátrico. Espero no haberme excedido en la balanza...