Se hace duro pasar el invierno... Y eso que todavía no llegó. ¡Estamos en otoño! ¡Mamita! ¡La que me espera!
¿Cómo andan? Yo, bárbara... Estoy dejando atrás la maldita varicela, pero sigo congestionada. Anoche, por ejemplo, me bajaron unos terribles flemones y me atraganté en varias oportunidades. Ufffff. Me agarraron unos terribles ataques de tos. Mis papis, alarmados por el baby call, vinieron corriendo a mi pieza cada vez que escucharon mis quejidos... Yo, por las dudas, me hice la dormida... ¡Mirá si me enchufaban el nebulizador en el medio de la noche! Ufa. ¿cuándo se van a ir estos mocos? El doc Horacio, consultado hace minutos por mi mami, dice que es normal. Se trata de la etapa final del resfrío. Ojalá así sea...
Más allá de mis nanas y mis ronchas --por suerte, se secan con el correr de los días--, tengo una gran novedad para ustedes. Cha chan, cha chan (música de suspenso), hagan sonar los redoblantes....
El domingo gateé por primera vez. ¿Cómo fue? Una pelotita de plástico se me fue de las manos mientras el gordo barbudo miraba un partido de fútbol por TV. Como no me prestaba atención, decidí ir a buscarla por las mías. Debo reconocer que me costó un poquito. De hecho, debí descansar un poco para llegar al destino final. Y eso que la bola estaba a menos de un metro... Al otro día, me di cuenta de que podía repetirlo. Y me pasé toda la tarde yendo de un lado a otro. Está buenísimo. Se los recomiendo...
El único problema es que hay que sortear todos los obstáculos que me ponen mis papás. ¿No se dan cuenta de que hay una bebé con ganas de explorar todos los rincones?
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