Fui al pediatra y pasé la prueba de la balanza. Apenas subí 100 gramos el último mes. Es decir, apenas moví la báscula... Como si hubiese comido apenas cuatro fetas de jamón cocido. Igual, la alegría no duró demasiado. En la última semana compartí un resfrío (¡qué quieren! ¡con el frío que hace!) con una gastroenteritis. En consecuencia, probé al extremo la resistencia de los pañales y procesé (devolví) un par de cosas que había degustado. A tal punto que casi le arruino la fiestita a mi amiga Guadalupe... Sólo queda ofrecerle disculpas y agradecerle por la invitación.
En resumen, entre tanta enfermedad, debo haber rebajado unos cuantos gramos. Por lo tanto, parece que llegaré espléndida a mi primer cumple. Uy, ¡cómo estoy!
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