No se crean que ya sé las teorías darwinianas. Simplemente, me gustó la frase. "La supervivencia del más apto"... Ja. Suena importante, ¿no? La escuché mientras el gordo --ojo, todavía no me reconoció-- veía una repetición de "El deporte y el hombre" por Volver... Y como todo tiene que ver con todo, como decía el hombre de bigote tupido y voz atildada que conducía aquel programa, me doy cuenta de que mi llegada agitó notablemente la vida de mi mamá y la del tipo que dice ser mi papá.
A los dos se los ve agotados, con ojeras hasta el piso. Se parecen a Graciela Fernández Meijide antes de conocer la generosidad del botox. Juran y perjuran que hasta mi salida dormían hasta ocho horas por día; que no gastaban tanta plata en gas, pañales, toallitas húmedas, sacaleche, sancor bebé y otras yerbas; que podían hacer lo que querían... Son una máquina de quejarse, viejo. No sabían que todo esto iba a pasar... Aclaro: los bebés nunca vienen con un pan debajo del brazo. Es una mentira más grande que la mansión de Sandro en Banfield. Vienen con una mochila bastante pesada. Aquí va una lista antojadiza de preocupaciones para los padres primerizos:
- Cuando cambiamos la piel.
- Cuando tenemos como una caspita en la pelusa.
- Cuando cambiamos el ritmo de la respiración.
- Cuando respiramos como chanchitos.
- Cuando tenemos hipo 15 veces por día.
- Cuando tomamos mucha leche.
- Cuando tomamos poca leche.
- Cuando regurgitamos la mitad de la mamadera.
- Cuando dormimos mucho.
- Cuando dormimos poco.
- Cuando tenemos peditos (cólicos para los médicos).
- Cuando no cagamos.
- Cuando cagamos mucho.
- Cuando cagamos poco.
- Cuando lloramos.
- Cuando no lloramos.
- Y siguen las firmas.
En definitiva, los padres debutantes son medio pelotudos. Para colmo, a la primera de cambio, se enrostran quién cambió más pañales, quién calentó más mamaderas, quién durmió más, quién durmió menos... Me corrijo. Son pelotudos del todo. Igual, en el fondo (en el comedor y en el garaje también), los quiero... Ya van a estar curtidos cuando venga mi hermanito/a... Si no, pobrecito/a
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