13 dic 2007
Mirá quién habla
Pasaron más de tres meses desde el último contacto. La verdad es que no tuve mucho tiempo para escribir. Es que por estos días no paro de aprender cosas nuevas. Y la compu la uso para ver videos de You Tube (sobre todo de Hi-5). Los cambios fueron muchos. Muchísimos.
Hoy, les aviso, cumplo 16 meses. En el último post, en septiembre, les conté que había dado mis primeros pasos. Ahora también corro, dibujo y juego con amiguitos (en la foto, con mi primo Felu). Además, mi vocabulario se amplió y soy capaz de sostener diálogos. Al menos respondo negativa y afirmativamente ante los cuestionarios de mamá y el gordo barbudo. También me despacho con monólogos en la versión infantil de esperanto, idioma que sólo entienden los chicos de todo el mundo. Algunas palabras, luego del arduo trabajo de semiólogos, fueron traducidas al castellano.
A continuación, les paso un adelanto del Pequeño Cata Ilustrado:
Hasta la próxima...
Hoy, les aviso, cumplo 16 meses. En el último post, en septiembre, les conté que había dado mis primeros pasos. Ahora también corro, dibujo y juego con amiguitos (en la foto, con mi primo Felu). Además, mi vocabulario se amplió y soy capaz de sostener diálogos. Al menos respondo negativa y afirmativamente ante los cuestionarios de mamá y el gordo barbudo. También me despacho con monólogos en la versión infantil de esperanto, idioma que sólo entienden los chicos de todo el mundo. Algunas palabras, luego del arduo trabajo de semiólogos, fueron traducidas al castellano.
A continuación, les paso un adelanto del Pequeño Cata Ilustrado:
- Mamá: mamá.
- Papá: papá.
- Ca-ta: yo.
- Abu: abuelo materno y también abuela materna.
- Titi: abuelo paterno.
- Pepe: abuela paterna.
- Toto: tía Pato.
- Ana: tía Ana y Ana, la vecina de los abuelos maternos.
- Abua: agua.
- Am: hambre.
- Abua am: quiero mamadera.
- Pam: pan.
- Guabuau: perro.
- Acá (acompañado por el movimiento reiterado del dedo índice señalando un lugar): sentate acá.
- Dada: Barney, el dinosaurio.
- Acatá: aca está.
- Odetá: dónde está.
- Noooo: no
- Mmmm: sí
- Noquerio: no quiero.
- Oké: okay.
- Ete: por favor, poneme YA ese video de you tube.
- Nnenne: nene y nena.
- Nenesssssssssssss: nenees
Hasta la próxima...
4 sept 2007
Paso a paso
Tras pasar el fin de semana en el exilio y volver locos a mis abuelos (Tito y Fran) y al gordo barbudo para que sean mis colaboradores a lo largo de prolongados y reiterados ensayos, debo informar en forma oficial que el lunes 3 de septiembre pasará a la historia como el día en que Catalina, la blogger, caminó sin depender de una ayuda externa. Más allá de la cara de terror que pone mi papá, estoy dispuesta a seguir avanzado. Todo será paso a paso, como decía el gran Mostaza Merlo. Para la próxima entrega les prometo el video que documente mis caminatas. Los dejo tengo que seguir practicando.
16 ago 2007
13 ago 2007
Un año
¡Felicidades mami! ¡Lo mismo para vos, gordo barbudo! Hoy todos cumplimos un año... ¡Basta de sentimentalismos! ¡Puaj! ¡La vida no es justa! Estuve esperando un año que llegue este momento tan especial y pasé todo el fin de semana con nanas... Esto no es así. Encima, mami y el gordo barbudo se tomaron vacaciones. ¿Para qué? ¿Por qué los tengo que aguantar 12 días de corrido? Acabo de enterarme que el lunes 20 es feriado. Y yo pensaba que ese día ya estaría tranquila en lo de la abuela Moni o en lo de la abuela Puppi... Todo mal.
7 ago 2007
Andá a cantarle a Slim
Ya llego al año. Faltan seis días, menos de una semana...
Acabo de pasar por el consultorio de mi pediatra --fanático inconsciente de Don Corleone-- para la revisión del duodécimo mes de vida. Y me encontré con una gran novedad. Tras sufrir una maldita gastroenteritis y el enésimo resfrío del año, rebajé 300 gramos y crecí un centímetro. Todo eso en comparación con el último control. Por lo tanto, voy camino a convertirme en la modelo top de la década del 2020. Atento Pancho Dotto. Atento Piñeyro. Y también Ricky Sarkany... No dejen pasar la oportunidad de contratarme antes de que sea demasiado tarde... Je, je.
La dieta, debo confesar, vino como anillo al dedo. Llegaré hecha una diosa a la celebración de mi primer aniversario. Mi mami y mi tía Pato ya se encargaron del vestuario. Así que agárrense bien fuerte: voy a ser la chica más linda del condado, con mis rizos colorados, mi boca cada vez más llena de dientes y mi simpatía sinigual.
¿Qué hay de nuevo en mi vida? Comencé a comer alimentos más sólidos --es más cómodo comer purés-- y además mantengo la vertical y me animo a dar uno que otro paso. Gateo a alta velocidad --espero que en casa no haya radares--, no puedo pasar un minuto sin moverme e intento balbucear mis primeras palabras. En cualquier momento tomo el control de la casa... Bah, me parece que en la casa de Manuel Castro la que manda soy yo...
Acabo de pasar por el consultorio de mi pediatra --fanático inconsciente de Don Corleone-- para la revisión del duodécimo mes de vida. Y me encontré con una gran novedad. Tras sufrir una maldita gastroenteritis y el enésimo resfrío del año, rebajé 300 gramos y crecí un centímetro. Todo eso en comparación con el último control. Por lo tanto, voy camino a convertirme en la modelo top de la década del 2020. Atento Pancho Dotto. Atento Piñeyro. Y también Ricky Sarkany... No dejen pasar la oportunidad de contratarme antes de que sea demasiado tarde... Je, je.
La dieta, debo confesar, vino como anillo al dedo. Llegaré hecha una diosa a la celebración de mi primer aniversario. Mi mami y mi tía Pato ya se encargaron del vestuario. Así que agárrense bien fuerte: voy a ser la chica más linda del condado, con mis rizos colorados, mi boca cada vez más llena de dientes y mi simpatía sinigual.
¿Qué hay de nuevo en mi vida? Comencé a comer alimentos más sólidos --es más cómodo comer purés-- y además mantengo la vertical y me animo a dar uno que otro paso. Gateo a alta velocidad --espero que en casa no haya radares--, no puedo pasar un minuto sin moverme e intento balbucear mis primeras palabras. En cualquier momento tomo el control de la casa... Bah, me parece que en la casa de Manuel Castro la que manda soy yo...
20 jul 2007
Uy, ¡cómo estoy!
Fui al pediatra y pasé la prueba de la balanza. Apenas subí 100 gramos el último mes. Es decir, apenas moví la báscula... Como si hubiese comido apenas cuatro fetas de jamón cocido. Igual, la alegría no duró demasiado. En la última semana compartí un resfrío (¡qué quieren! ¡con el frío que hace!) con una gastroenteritis. En consecuencia, probé al extremo la resistencia de los pañales y procesé (devolví) un par de cosas que había degustado. A tal punto que casi le arruino la fiestita a mi amiga Guadalupe... Sólo queda ofrecerle disculpas y agradecerle por la invitación.
En resumen, entre tanta enfermedad, debo haber rebajado unos cuantos gramos. Por lo tanto, parece que llegaré espléndida a mi primer cumple. Uy, ¡cómo estoy!
En resumen, entre tanta enfermedad, debo haber rebajado unos cuantos gramos. Por lo tanto, parece que llegaré espléndida a mi primer cumple. Uy, ¡cómo estoy!
9 jul 2007
9 de julio
Me gustan los feriados. El motivo es obvio. Un día completo con mi mami y el gordo barbudo. Y no es que la pase mal con mis abuelos. Todo lo contrario. Allí me tratan como una reina. Bah, como lo que soy... Sin embargo, cuando mis papis no van a trabajar, puedo dormir un rato más por la mañana y hacer fiaca en la pieza de ellos. Un ejemplo es este helado 9 de julio. A propósito, una pregunta. ¿Acá, en Banfield, nieva todos los inviernos? ¿No me habían dicho que era imposible que cayeran copitos de algodón desde el cielo? Me parece que me mintieron...
Más allá del tema de la nevisca y del frío, les quiero contar que hoy volví a ir a un supermercado. ¡Qué loco! ¡Cuántas cosas de colores que no sé ni para qué sirven! Por primera vez, además, fui sentada en un carrito, dado que mi generoso cuerpecito ya no entra en los changos especialmente diseñados para bebés. ¡Es increíble! Los hacen para chicos que pesan hasta ocho kilos... ¡Discriminación! Igual, les confieso, la pasé bárbaro ahí arriba. Una experiencia nueva que seguramente se repetirá...
Faltan días para que llegue a los 11 meses y a un nuevo control pediátrico. Espero no haberme excedido en la balanza...
Más allá del tema de la nevisca y del frío, les quiero contar que hoy volví a ir a un supermercado. ¡Qué loco! ¡Cuántas cosas de colores que no sé ni para qué sirven! Por primera vez, además, fui sentada en un carrito, dado que mi generoso cuerpecito ya no entra en los changos especialmente diseñados para bebés. ¡Es increíble! Los hacen para chicos que pesan hasta ocho kilos... ¡Discriminación! Igual, les confieso, la pasé bárbaro ahí arriba. Una experiencia nueva que seguramente se repetirá...
Faltan días para que llegue a los 11 meses y a un nuevo control pediátrico. Espero no haberme excedido en la balanza...
25 jun 2007
Cuestión de peso
El décimo mes obligó a una nueva revisión médica. Curada casi totalmente de la varicela --quedaron unas marquitas-- y con mocos que serán una constante hasta el año y medio (según el doc Horacio se agotaron las defensas que me había pasado mi mami durante el embarazo), el principal problema llegó otra vez tras posar mi potentosa colita en la balanza.
"Ufff", emitió pasmado el pediatra cuando terminó de acomodar la pesa... "Ufff", repitió al toque el gordo barbudo cuando se enteró de la cifra estratosférica... Mientras tanto, atacada por el curioso mal del delantal blanco, yo no paraba de llorar desde el instante en que entré al consultorio... ¿A qué se debió la reiteración de ufffs? La maldita báscula acusó 14,600 kilos. Es decir, tras un noveno mes muy recatada, escalé 1.200 gramos. Una brutalidad. ¡Ojo! También me estiré en el rubro altura: ya mido 81,5 centímetros. De acuerdo a los pronósticos del doc, llegaré sin problemas al metro noventa... Ahora sí, debo cortar un poco con los hidratos de carbono porque en vez de una jirafa seré una elefanta... Ji, ji, ji.
P.D. ¿Alguien tiene el teléfono de Cormillot?
"Ufff", emitió pasmado el pediatra cuando terminó de acomodar la pesa... "Ufff", repitió al toque el gordo barbudo cuando se enteró de la cifra estratosférica... Mientras tanto, atacada por el curioso mal del delantal blanco, yo no paraba de llorar desde el instante en que entré al consultorio... ¿A qué se debió la reiteración de ufffs? La maldita báscula acusó 14,600 kilos. Es decir, tras un noveno mes muy recatada, escalé 1.200 gramos. Una brutalidad. ¡Ojo! También me estiré en el rubro altura: ya mido 81,5 centímetros. De acuerdo a los pronósticos del doc, llegaré sin problemas al metro noventa... Ahora sí, debo cortar un poco con los hidratos de carbono porque en vez de una jirafa seré una elefanta... Ji, ji, ji.
P.D. ¿Alguien tiene el teléfono de Cormillot?
18 jun 2007
Una imagen no vale mil palabras
Les advierto: el gordo barbudo (y baboso) se está pasando de listo. Yo le pago para escribir , pero el tipo no cumple y no para de subir videos en You Tube. Mucho multimedia, mucho multimedia, pero no se toma ni un minuto para contar mi vida... Dice que no tiene tiempo, que está cansado, pero no para de subir cosas a su otro blog. Me estoy poniendo un poco celosa, lo reconozco... ¿Está mal? Creo que estoy en todo mi derecho de reclamar... ¿Qué hay más importante que Cata en su vida?
Por ahora, se lo dejo pasar. Pero que no se haga el piola. Sobre todo porque ayer vivió su primer día del padre. Obviamente, todo me lo debe a mí... ¿Les parece justo que haya tenido que gastar plata para hacerle un regalo? ¿No debería haber sido al revés? ¡Qué injusto es todo!
Les cuento, ya con diez meses cumplidos, que me paro sola (lo habrán visto en los videos) y que con ayuda intento dar mis primeros pasos... Pero me pesa mucho la colita y me canso enseguida. Eso sí, sentada soy algo parecido a un torbellino. Trato de absorber todo lo que veo a mi alrededor. Quiero empezar a hablar, pero apenas me salen "éta", "yatá", "mmmammma" "pa-pa", "nnnene" y obviamente "ca-ta, ca-ta", entre otras breves onomatopeyas.
Por último, ¿cuándo se acaba el invierno? ¿No empezó todavía? ¡Ufa! Ya estoy cansada de tener mocos dos veces por mes...
Por ahora, se lo dejo pasar. Pero que no se haga el piola. Sobre todo porque ayer vivió su primer día del padre. Obviamente, todo me lo debe a mí... ¿Les parece justo que haya tenido que gastar plata para hacerle un regalo? ¿No debería haber sido al revés? ¡Qué injusto es todo!
Les cuento, ya con diez meses cumplidos, que me paro sola (lo habrán visto en los videos) y que con ayuda intento dar mis primeros pasos... Pero me pesa mucho la colita y me canso enseguida. Eso sí, sentada soy algo parecido a un torbellino. Trato de absorber todo lo que veo a mi alrededor. Quiero empezar a hablar, pero apenas me salen "éta", "yatá", "mmmammma" "pa-pa", "nnnene" y obviamente "ca-ta, ca-ta", entre otras breves onomatopeyas.
Por último, ¿cuándo se acaba el invierno? ¿No empezó todavía? ¡Ufa! Ya estoy cansada de tener mocos dos veces por mes...
22 may 2007
Hay que pasar el invierno
Se hace duro pasar el invierno... Y eso que todavía no llegó. ¡Estamos en otoño! ¡Mamita! ¡La que me espera!
¿Cómo andan? Yo, bárbara... Estoy dejando atrás la maldita varicela, pero sigo congestionada. Anoche, por ejemplo, me bajaron unos terribles flemones y me atraganté en varias oportunidades. Ufffff. Me agarraron unos terribles ataques de tos. Mis papis, alarmados por el baby call, vinieron corriendo a mi pieza cada vez que escucharon mis quejidos... Yo, por las dudas, me hice la dormida... ¡Mirá si me enchufaban el nebulizador en el medio de la noche! Ufa. ¿cuándo se van a ir estos mocos? El doc Horacio, consultado hace minutos por mi mami, dice que es normal. Se trata de la etapa final del resfrío. Ojalá así sea...
Más allá de mis nanas y mis ronchas --por suerte, se secan con el correr de los días--, tengo una gran novedad para ustedes. Cha chan, cha chan (música de suspenso), hagan sonar los redoblantes....
El domingo gateé por primera vez. ¿Cómo fue? Una pelotita de plástico se me fue de las manos mientras el gordo barbudo miraba un partido de fútbol por TV. Como no me prestaba atención, decidí ir a buscarla por las mías. Debo reconocer que me costó un poquito. De hecho, debí descansar un poco para llegar al destino final. Y eso que la bola estaba a menos de un metro... Al otro día, me di cuenta de que podía repetirlo. Y me pasé toda la tarde yendo de un lado a otro. Está buenísimo. Se los recomiendo...
El único problema es que hay que sortear todos los obstáculos que me ponen mis papás. ¿No se dan cuenta de que hay una bebé con ganas de explorar todos los rincones?
¿Cómo andan? Yo, bárbara... Estoy dejando atrás la maldita varicela, pero sigo congestionada. Anoche, por ejemplo, me bajaron unos terribles flemones y me atraganté en varias oportunidades. Ufffff. Me agarraron unos terribles ataques de tos. Mis papis, alarmados por el baby call, vinieron corriendo a mi pieza cada vez que escucharon mis quejidos... Yo, por las dudas, me hice la dormida... ¡Mirá si me enchufaban el nebulizador en el medio de la noche! Ufa. ¿cuándo se van a ir estos mocos? El doc Horacio, consultado hace minutos por mi mami, dice que es normal. Se trata de la etapa final del resfrío. Ojalá así sea...
Más allá de mis nanas y mis ronchas --por suerte, se secan con el correr de los días--, tengo una gran novedad para ustedes. Cha chan, cha chan (música de suspenso), hagan sonar los redoblantes....
El domingo gateé por primera vez. ¿Cómo fue? Una pelotita de plástico se me fue de las manos mientras el gordo barbudo miraba un partido de fútbol por TV. Como no me prestaba atención, decidí ir a buscarla por las mías. Debo reconocer que me costó un poquito. De hecho, debí descansar un poco para llegar al destino final. Y eso que la bola estaba a menos de un metro... Al otro día, me di cuenta de que podía repetirlo. Y me pasé toda la tarde yendo de un lado a otro. Está buenísimo. Se los recomiendo...
El único problema es que hay que sortear todos los obstáculos que me ponen mis papás. ¿No se dan cuenta de que hay una bebé con ganas de explorar todos los rincones?
15 may 2007
Hacer roncha
No es que pretenda hacerme notar ni nada que se le parezca, pero Catalina (hablo como el Diego, en tercera persona) está decidida a hacer roncha. Mejor dicho, a ser una roncha...
¿Qué pasó?
Después de pasar una semana resfriada, en la que aprendí a perderle el temor a las ruidosas nebulizaciones y al poderoso sacamoco, me contagié de varicela. ¿Dónde me la pesqué? Lo mismo se preguntan desde esta mañana mi mami y el gordo barbudo...
Luego de un par de horas de preocupación, mis papis se toparon con la palabra sedante de mi pediatra, a quien había visto el sábado por el control de los nueve meses, cuando todavía se me caían los mocos a rolete: “Ya está. Tiene una re-varicela”, graficó el doc Horacio tras explicar que lo peor ya había pasado.
Dicen que durante la incubación sube la fiebre y duele mucho la cabeza... Yo, una lady, jamás mostré esos síntomas y mis papis recién se enteraron de la varicela cuando aparecieron las ronchas que tengo hasta en el upite.
Ahora sólo hay que esperar que se formen las cascaritas. Eso sí, está prohibido rascarse. El problema es que soy chiquita, más allá de mis 13,4 kilos y mis78,5 centímetros . Y a veces no me acuerdo de las recomendaciones que me hacen...
¿Qué pasó?
Después de pasar una semana resfriada, en la que aprendí a perderle el temor a las ruidosas nebulizaciones y al poderoso sacamoco, me contagié de varicela. ¿Dónde me la pesqué? Lo mismo se preguntan desde esta mañana mi mami y el gordo barbudo...
Luego de un par de horas de preocupación, mis papis se toparon con la palabra sedante de mi pediatra, a quien había visto el sábado por el control de los nueve meses, cuando todavía se me caían los mocos a rolete: “Ya está. Tiene una re-varicela”, graficó el doc Horacio tras explicar que lo peor ya había pasado.
Dicen que durante la incubación sube la fiebre y duele mucho la cabeza... Yo, una lady, jamás mostré esos síntomas y mis papis recién se enteraron de la varicela cuando aparecieron las ronchas que tengo hasta en el upite.
Ahora sólo hay que esperar que se formen las cascaritas. Eso sí, está prohibido rascarse. El problema es que soy chiquita, más allá de mis 13,4 kilos y mis
14 abr 2007
Descremada
En vez de prepararme una fiesta y comprar una torta por mis flamantes ocho meses, el gordo barbudo no tuvo mejor idea que llevarme al pediatra. Y Horacio, así se llama el médico, se sorprendió al ver mi tamaño. No le hizo falta medirme (76,5 cm) ni pesarme (12,900 kg) para que se se diera cuenta de todo lo que crecí en este mes. El "uh" con el que me recibió lo dijo todo. Mi papá, entonces, le preguntó si sabía cuándo iba a parar de estirarme (a lo ancho y a lo alto) y el hombre de ambo celeste lo tranquilizó. Le advirtió que iba a frenar mi increíble desarrollo una vez que comenzara a moverme por la mía. Es decir, gatear y caminar... Ya falta poco. ¿Les conté que ya me paro solita? ¡Epa! ¡No se lo esperaban! Eso sí, para evitar que siga acumulando rollos (y para que los pañales me entren y no pase a los XXG), me armaron una trampita... ¿En qué consiste? Me 'truchan' las memas. Ya no tomo pura leche. Ahora me la rebajan con agua o con té. Ellos creen que no me di cuenta. Que me da lo mismo... Pero les confieso algo. Yo ya lo sé. Lo único que espero es que no lo hagan para ahorrar lechitas. No creo que sean tan miserables...
12 abr 2007
El día de la independencia
Manga de molestos. Todas las noches lo mismo. Dale con abrir y cerrar el ropero. Dale con abrir y cerrar la mesita de luz... Hasta esa maldita botella de agua mineral que en medio de la noche hacía ruidos que despertaban hasta a un muerto.
¡Y la tele! Tendrían que prohibir por decreto todos los canales a excepción de Discovery Kids. Si no era mi mami con su maldita costumbre de ver a los inútiles de Gran Hermano, era el gordo barbudo con los partidos de fútbol de ese equipito de morondanga que juega la copa de leche.
Todo eso tuve que aguantar porque ellos no se dignaban a pasarme a mi pieza. Y eso que mi mami había puesto todo su esmero en decorarla como la de las revistas... Hasta el gordo barbudo se puso las pilas y pintó de blanco todos los muebles que reciclaron de la casa de mi bisabuelita Baba. La habitación estaba chiche bombón... Pero yo sólo la usaba para jugar. A punto de cumplir los 8 meses, estos dos vagos no me dejaban tranquila y me obligaban a dormir a sólo unos pasitos de su cama.
Por suerte, después de la persistencia e insistencia de papá, mamá aceptó que la nena estaba ya bastante grandecita para dormir sola. Y me mudaron a mi pieza.
El terror de que me despertaría llorando por extrañar horrores el cuarto de mis papis, desapareció como la bruma de la mañana. Dormí de un tirón toda la noche. A pata suelta como se dice. El baby call, con el que me siguen de cerca, apenas transmitió algún que otro suspirito de placer. Sí, el placer de estar solita a mis anchas. Sin ruidos, sin golpes. Era mi día. Por fin la independencia.
¡Y la tele! Tendrían que prohibir por decreto todos los canales a excepción de Discovery Kids. Si no era mi mami con su maldita costumbre de ver a los inútiles de Gran Hermano, era el gordo barbudo con los partidos de fútbol de ese equipito de morondanga que juega la copa de leche.
Todo eso tuve que aguantar porque ellos no se dignaban a pasarme a mi pieza. Y eso que mi mami había puesto todo su esmero en decorarla como la de las revistas... Hasta el gordo barbudo se puso las pilas y pintó de blanco todos los muebles que reciclaron de la casa de mi bisabuelita Baba. La habitación estaba chiche bombón... Pero yo sólo la usaba para jugar. A punto de cumplir los 8 meses, estos dos vagos no me dejaban tranquila y me obligaban a dormir a sólo unos pasitos de su cama.
Por suerte, después de la persistencia e insistencia de papá, mamá aceptó que la nena estaba ya bastante grandecita para dormir sola. Y me mudaron a mi pieza.
El terror de que me despertaría llorando por extrañar horrores el cuarto de mis papis, desapareció como la bruma de la mañana. Dormí de un tirón toda la noche. A pata suelta como se dice. El baby call, con el que me siguen de cerca, apenas transmitió algún que otro suspirito de placer. Sí, el placer de estar solita a mis anchas. Sin ruidos, sin golpes. Era mi día. Por fin la independencia.
11 abr 2007
Maldita nebu
Después de pasar siete meses invicta --apenas mocos y unas ocasionales líneas de fiebre--, me contagié de mi primer resfrío. ¡Qué feo! No podía dormir porque se me tapaba la nariz y la flema bloqueaba mi garganta... Horrible.
¡Qué lindo es estar sanita! Sobre todo porque el gordo barbudo me sometió repetidamente a la tortura de la nebulización. El juraba y perjuraba que no me quería causar daño. Aseguraba que lo hacía por mi bien. Pero yo la pasaba tan mal... Lloraba como una condenada y el muy desgraciado no se inmutaba ante mis lágrimas.
Igual, una noche me tomé la venganza. ¡Ojo! Tuvo un costo físico. Pero él y mi mamita se pegaron un susto de aquéllos. ¿Qué pasó? Después de ser nebulizada y de que me pusieran el aspirador sacamocos, comencé un interminable recital de vómitos. Una vez. Dos veces. Tres veces. Un asco. Me puse blanca y después lloré media hora sin parar. Quedé agotada. Tanto que me dormí apoyada en el hombro del gordo barbudo. ¡Qué cagazo se pegaron! Ahora lo piensan dos veces antes de nebulizarme en forma indiscriminada...
No se metan conmigo...
¡Qué lindo es estar sanita! Sobre todo porque el gordo barbudo me sometió repetidamente a la tortura de la nebulización. El juraba y perjuraba que no me quería causar daño. Aseguraba que lo hacía por mi bien. Pero yo la pasaba tan mal... Lloraba como una condenada y el muy desgraciado no se inmutaba ante mis lágrimas.
Igual, una noche me tomé la venganza. ¡Ojo! Tuvo un costo físico. Pero él y mi mamita se pegaron un susto de aquéllos. ¿Qué pasó? Después de ser nebulizada y de que me pusieran el aspirador sacamocos, comencé un interminable recital de vómitos. Una vez. Dos veces. Tres veces. Un asco. Me puse blanca y después lloré media hora sin parar. Quedé agotada. Tanto que me dormí apoyada en el hombro del gordo barbudo. ¡Qué cagazo se pegaron! Ahora lo piensan dos veces antes de nebulizarme en forma indiscriminada...
No se metan conmigo...
22 mar 2007
Crecer de golpe
Además de mis inéditas habilidades como blogger, hace cinco meses y medio, cuando felicité a a mi mamita por su primer día de la madre a través de este medio, tenía un mínimo repertorio gestual. Apenas podía esbozar una sonrisa cada vez que veía al gordo barbudo que intenta ser mi papá. Además, me satisfacía con la mamadera y dormía durante más de la mitad del día. Lo que se dice, una vida de bacana, con escasas obligaciones.
Pero todo fue cambiando durante mi ausencia en la galaxia blogger.
Les cuento, en principio, que continúo con mi acelerado proceso de crecimiento. Con siete meses, mido 75 centímetros y supero con holgura los once kilos. Mi pediatra jura que soy un récord para su consultorio. Sin embargo, me consuela al asegurar que soy "armónicamente gigante".
Desde los cinco, tengo licencia para comer. No voy a entrar en detalles sobre la dieta que llevo adelante porque cada médico tiene su librito. Y no quiero que otros bebés coman cosas que no deban por mi culpa.
¿Qué hago de nuevo? Me río a carcajadas. Hago chau --mover el brazo hacia los lados con la mano abierta-- cuando la gente se va. Manejo a la perfección el idioma de Bebilandia, en el que abundan los ma, los ga, los ta, los eeee y los gu. entre otras onomatopeyas. También pegó gritos que resuenan en las habitaciones y descubrí qué quieren decir mis papis cuando vociferan "no" . Tanto es así que me largo a llorar cada vez que me prohiben hacer tal o cual cosa.
¡Ah! Todavía no aprendí a gatear. Pero me las ingenio para moverme con un paso que mi papa llama en forma grosera "culear". ¿Qué quiere decir eso? Cuando estoy sentada, tomo impulso con mis piernas y avanzo reptando con la colita. Creo que lo voy a patentar...
Pero todo fue cambiando durante mi ausencia en la galaxia blogger.
Les cuento, en principio, que continúo con mi acelerado proceso de crecimiento. Con siete meses, mido 75 centímetros y supero con holgura los once kilos. Mi pediatra jura que soy un récord para su consultorio. Sin embargo, me consuela al asegurar que soy "armónicamente gigante".
Desde los cinco, tengo licencia para comer. No voy a entrar en detalles sobre la dieta que llevo adelante porque cada médico tiene su librito. Y no quiero que otros bebés coman cosas que no deban por mi culpa.
¿Qué hago de nuevo? Me río a carcajadas. Hago chau --mover el brazo hacia los lados con la mano abierta-- cuando la gente se va. Manejo a la perfección el idioma de Bebilandia, en el que abundan los ma, los ga, los ta, los eeee y los gu. entre otras onomatopeyas. También pegó gritos que resuenan en las habitaciones y descubrí qué quieren decir mis papis cuando vociferan "no" . Tanto es así que me largo a llorar cada vez que me prohiben hacer tal o cual cosa.
¡Ah! Todavía no aprendí a gatear. Pero me las ingenio para moverme con un paso que mi papa llama en forma grosera "culear". ¿Qué quiere decir eso? Cuando estoy sentada, tomo impulso con mis piernas y avanzo reptando con la colita. Creo que lo voy a patentar...
20 mar 2007
Sí, estoy acá
Pasó casi medio año desde el último contacto. No saben todo lo que aprendí en este tiempo. Ya les voy a contar. Pero, antes de todo, vienen las excusas. ¿A qué se debió este impasse? Mezcla de desidia del escriba y, vale aclararlo, dejadez mía. Creo que no le insistí con la suficiente vehemencia para que el hombre retome su actividad de cronista, más allá de haberle pagado por adelantado con miles de sonrisas y morisquetas. Pero el descanso llegó a su final. Luego de pasar mis primeras vacaciones, conseguí que el muñeco se ponga las pilas y vuelva a relatar mi vida.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)